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Hugo en casita de Marian

 

"Marian lleva cuidando a Hugo desde que tenía 4 meses. Para mí fue un agobio empezar a trabajar tras mi baja maternal… no soy partidaria de las guarderías, pero tampoco encontrábamos a nadie de quien fiarme como para cuidar de nuestro mayor tesoro. A todas las chicas les sacaba faltas, hasta que conocí a Marian (mi marido Iñaki ya le conocía desde hace años). Vi el cariño con el que le trataba, sincero, y su experiencia con los niños, y respiré…


Durante este tiempo con ella hemos vivido el proceso y la ilusión que ha puesto en su proyecto de Nahieran, nos pareció una idea genial, y hemos tenido el privilegio de ser su primera familia.


Tenemos varios amigos viviendo en Europa (Francia y Alemania), y allí este tipo de casas nido son muy comunes. Para nuestro hijo Hugo ir cada día a casa de Marian (como dice él) es una fiesta, nos encanta ver lo contento que se marcha con sus amigos y cuando vamos a buscarle siempre nos pide quedarse más, se le hace corto (le dejamos 5 horas).

 

No sólo juegan en casa, y eso es lo que más nos gusta. Todos los días salen al parque que está en plaza de justo debajo, algunas veces van al cuentacuentos de Gros o de la Parte Vieja, y en verano han estado varias veces en la playa y en la piscina (junto otros niños de otra de las casas nido)…¡qué diferente a una guardería!


Yo soy matrona, y al tener a Hugo me he querido informar mucho sobre su crianza. No me considero una hippie en absoluto, pero comparto muchos de los principios de la crianza con apego, sé la importancia del vínculo madre-padre-hijo durante los primeros años de vida, y cómo puede influir en su personalidad futura, y a la vez que él ha ido creciendo me he ido informando también sobre los distintos tipos de educación.


No nos gustan las técnicas conductistas (“amaestrar niños”), y cuando Marian me habló de Montessori, Waldorf etc… descubrí algo que me encantó. Dejar al niño que vaya descubriendo el mundo él solo, sin prisas ni presiones sociales, mezclando niños de distintas edades, respetando el ritmo de cada uno… así es como trabaja ella.  Uno de los niños de la casa ha aprendido a andar este verano, y para Hugo ha sido un logro compartido, su cara explicándomelo era un verdadero poema. El hijo de Marian, Julen, también juega con ellos con paciencia infinita. Son todos como una pequeña familia.


Ahora Hugo con sus dos años y medio empieza la ikastola y dejamos hueco para otro niño en Nahieran. Nos da muchísima pena, aunque sabemos que la relación no termina aquí, Marian es ya como una izeba para Hugo, así que seguro que vamos a visitarle a menudo.


Esperamos otro bebé en breve, y tenemos clarísimo quién va a cuidar de ella cuando tenga que incorporarme a la vida laboral otra vez!


Millones de millones de gracias Marian y Julen (su hijo) por ayudarnos a que Hugo sea un niño tan feliz.


Iñaki, Gala y Hugo"
 

 

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